¿Qué es la COVID-19?
La COVID-19 (enfermedad por coronavirus del 2019) fue detectada por primera vez a finales del 2019. Esta enfermedad es causada por el coronavirus de tipo 2, del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2).
Entre los síntomas comunes de la COVID-19 se encuentran tos, fiebre, dolores de cabeza, molestias y dolores en los músculos, diarrea, además de cansancio extremo. Los signos y síntomas pueden variar mucho de una persona a otra. En algunas personas con la COVID-19, el cuadro grave se observa una semana después de la aparición de los primeros síntomas. Es posible que el paciente tenga dificultad para respirar y desarrolle neumonía. Los riñones, el hígado o los pulmones podrían dejar de funcionar, lo que conduciría a la muerte.
En algunas personas, la enfermedad pasa a ser crónica (de larga duración) y se denomina COVID larga. Entre los síntomas de la COVID larga se encuentran dificultad para respirar, cansancio extremo, dolor y debilidad en los músculos, dificultad para dormir, además de problemas para pensar con claridad y recordar. Estos síntomas pueden durar por semanas, meses o años. Su riesgo de sufrir un caso grave de la enfermedad o de la COVID larga es menor si se ha vacunado contra la COVID-19.
¿Cómo responde el sistema inmunitario a la COVID-19?
El sistema inmunitario está compuesto de células, tejidos y órganos que nos protegen de las bacterias, los virus y otros microrganismos perjudiciales que causan enfermedades. Por ejemplo, los glóbulos blancos atacan a las sustancias que reconocen como ajenas al cuerpo. Algunos glóbulos blancos también reconocen los microrganismos patógenos a los que estuvieron expuestos anteriormente y desarrollan anticuerpos para defenderse de ellos en el futuro. Si usted entra en contacto con el virus SARS-CoV-2 el sistema inmunitario de su cuerpo tratará de combatirlo.
Su sistema inmunitario también responderá a los microrganismos patógenos mediante la inflamación—enrojecimiento, hinchazón y calor—lo que contribuye a eliminarlos y a que el cuerpo pueda sanar. Sin embargo, la inflamación podría causar daño, y este daño algunas veces ocurre en los pulmones de las personas que han contraído la COVID-19. En otras personas la respuesta inmunitaria es intensa (conocida como una tormenta de citoquinas), que es muy peligrosa y aumenta el riesgo de muerte.
Las vacunas le enseñan al sistema inmunitario la manera de luchar contra los microorganismos que causan enfermedades. Cuando usted se vacuna contra un microorganismo perjudicial, sus glóbulos blancos producen anticuerpos contra ese microrganismo. Si la persona vuelve a exponerse a él, sus anticuerpos lo reconocen y lo destruyen. Las vacunas contra la COVID-19 pueden administrarse a cualquier persona a partir de los 6 meses de edad.
¿Qué sabemos acerca de algunos ingredientes específicos de los suplementos dietéticos y la COVID-19?
El sistema inmunitario necesita ciertas vitaminas y minerales para funcionar de la manera adecuada. Entre ellos se encuentran la vitamina C, la vitamina D y el zinc. Los suplementos de hierbas, los probióticos y otros ingredientes de los suplementos dietéticos también podrían incidir en la inmunidad y la inflamación. El consumo de una variedad de alimentos nutritivos puede aportarle suficientes vitaminas, minerales y otros nutrientes para mantener la salud del sistema inmunitario.
Los científicos están investigando la manera en que algunos ingredientes de los suplementos dietéticos podrían influir en la capacidad del cuerpo humano para combatir las infecciones y otras enfermedades. Pero, estas investigaciones no han demostrado claramente que algún suplemento dietético ayude a prevenir o a tratar la COVID-19. En esta hoja informativa se resumen los resultados de las investigaciones y se enumeran los ingredientes de los suplementos dietéticos por orden alfabético. También incluimos información sobre la manera en que estos ingredientes podrían interactuar con los medicamentos más comunes.
La versión para profesionales de salud (en inglés) de esta hoja informativa incluye otros detalles y referencias a la bibliografía científica.
Andrographis
La andrographis es una hierba originaria del sudeste asiático. Podría ayudar a combatir los virus, reducir la inflamación y estimular el sistema inmunitario.
¿Es eficaz?
Es posible que la andrographis atenúe la gravedad de las infecciones de las vías respiratorias. Algunos estudios en menor escala efectuados en Tailandia indican que la andrographis podría ayudar a aliviar los síntomas leves o moderados de la COVID-19, pero otros estudios no lo confirman. Por ejemplo, en un estudio de personas con casos de la COVID-19 leve a moderada, la mitad de los pacientes tomaron andrographis en combinación con un medicamento antiviral y la otra mitad tomó únicamente el antiviral para determinar si el agregado de andrographis podría contribuir a evitar que la enfermedad progresara hasta la COVID-19 grave. Pero, los resultados del estudio mostraron que la tasa de enfermedad grave fue casi igual para ambos grupos de pacientes.
En otro estudio de personas hospitalizadas por casos de la COVID-19 de leve a moderados, las que tomaron andrographis, además de otra hierba llamada Eleutherococcus senticosus tuvieron un menor riesgo de enfermarse gravemente. Asimismo, algunos de sus síntomas, como el dolor de garganta y de los músculos, fueron más leves, pero otros, como la tos y la fiebre, no lo fueron. En otro estudio, las personas hospitalizadas con la COVID-19 leve y que tomaron andrographis no presentaron un menor riesgo de neumonía.
¿Es inocua?
Algunos de los efectos secundarios de la andrographis son náuseas, vómitos, mareos, erupciones cutáneas, diarrea y cansancio extremo.
La andrographis podría interactuar con los anticoagulantes y los medicamentos para la presión arterial, con lo cual se alteraría la coagulación de la sangre y bajaría la presión arterial. También es posible que la andrographis reduzca la eficacia de los medicamentos inmunodepresores.
Los científicos recomiendan no tomar andrographis si la persona está embarazada o ha previsto tener un bebé porque este suplemento podría tener efectos en la fertilidad.
Equinácea
La equinácea es una hierba que crece en América del Norte y Europa. Puede actuar como antioxidante y retrasar el crecimiento o la propagación de algunos tipos de virus y otros microorganismos patógenos. Además, es posible que estimule el sistema inmunitario y reduzca la inflamación. La equinácea se ha estudiado principalmente por su efecto contra los resfriados y otras infecciones de las vías respiratorias.
¿Es eficaz?
Es posible que la equinácea reduzca levemente el riesgo de contraer el resfriado común, pero no está claro si reduce el riesgo de la COVID-19 o la gravedad de la enfermedad. En uno de los estudios, las personas sanas que tomaron equinácea tuvieron menos probabilidades de presentar un resultado positivo en la prueba de la COVID-19, pero la equinácea no influyó en sus probabilidades de enfermarse y presentar síntomas de la COVID-19.
¿Es inocua?
Los efectos secundarios de la equinácea pueden ser insomnio, erupciones cutáneas, malestar estomacal y diarrea.
La equinácea podría reducir la eficacia de algunos medicamentos, entre ellos los inmunodepresores.
Los científicos recomiendan no tomar equinácea si está embarazada porque no se sabe si este suplemento es inocuo durante el embarazo.
Baya del saúco
La baya del saúco es el fruto de un árbol que crece en América del Norte, Europa y partes de África y Asia. La baya del saúco podría tener un efecto antioxidante, reducir la inflamación y ayudar a combatir virus y otros microrganismos patógenos. Asimismo, es posible que estimule el sistema inmunitario.
¿Es eficaz?
La baya del saúco podría ayudar a aliviar los síntomas del resfriado común y de la gripe, además de acelerar la recuperación. Sin embargo, todavía no se ha estudiado en relación con la COVID-19, por lo que se desconoce si tiene algún efecto en el riesgo de padecer la enfermedad o en su gravedad.
¿Es inocua?
Las flores y los frutos maduros del saúco parecen ser inocuos. Sin embargo, la corteza, las hojas, las semillas y los frutos crudos o sin madurar pueden ser venenosos y causar náuseas, vómitos, diarrea y deshidratación. Los frutos de saúco cocidos y los suplementos fabricados de manera adecuada no presentan problemas con respecto a la inocuidad.
El saúco podría reducir la eficacia de los medicamentos inmunodepresores.
Los científicos recomiendan no tomar saúco si está embarazada porque no saben si es inocuo durante el embarazo. El saúco también podría ser perjudicial para las personas diabéticas, ya que podría alterar los niveles de insulina y los de glucosa en la sangre.
Ginseng
El ginseng (Panax ginseng o Panax quinquefolius) es una planta utilizada en la medicina tradicional china. Podría estimular el sistema inmunitario, reducir la inflamación y ayudar al cuerpo a combatir los virus.
¿Es eficaz?
No está claro si el ginseng ayuda a proteger contra el resfriado común, la gripe u otras infecciones de las vías respiratorias superiores. El ginseng no se ha estudiado como tratamiento para la COVID-19, por lo que se desconoce si tiene algún efecto en el riesgo de contraer la enfermedad o en su gravedad.
¿Es inocuo?
Entre los efectos secundarios del ginseng se encuentran dolor de cabeza, problemas del sueño y malestar estomacal. Las dosis altas (más de 2,5 gramos [g]/día) de ginseng pueden causar insomnio, taquicardia, hipertensión y nerviosismo.
El ginseng podría interactuar con los medicamentos para la diabetes, los estimulantes y los inmunodepresores.
Algunos científicos recomiendan no tomar ginseng si una persona está embarazada, ya que podría no ser inocuo durante el embarazo.
Magnesio
El magnesio es un mineral esencial que se encuentra principalmente en los frijoles, las nueces, las semillas, los cereales integrales y las verduras de hoja verde. El cuerpo necesita magnesio para fabricar proteínas, huesos y ADN, además de regular la función de los músculos y los nervios, los niveles de glucosa en la sangre y la presión arterial.
La cantidad diaria recomendada de magnesio oscila entre 30 y 410 miligramos (mg) para bebés y niños, según la edad, y entre 310 y 420 mg para los adultos.
¿Es eficaz?
Las personas con niveles bajos de magnesio podrían presentar hipertensión arterial, cardiopatía, diabetes tipo 2 u otras afecciones que dificultan la recuperación tras la COVID-19. Sin embargo, no está claro si los suplementos de magnesio ayudan a reducir el riesgo de contraer la COVID-19 o a atenuar su gravedad porque esto no se ha estudiado a fondo.
Por ejemplo, en un estudio en pequeña escala se observó que los pacientes de mediana edad hospitalizados a causa de la COVID-19 tenían menos probabilidades de necesitar oxigenoterapia, cuidados intensivos o ambos, si habían recibido suplementos diarios de magnesio, además de las vitaminas D y B12.
En otro estudio, varios pacientes con un caso moderado de la COVID-19 tomaron 300 mg de magnesio o un placebo cada día que estuvieron hospitalizados. Los pacientes que recibieron magnesio mostraron menos probabilidades de necesitar oxigenoterapia, pero su frecuencia respiratoria no fue mejor y su estancia en el hospital no fue más corta, en comparación con los pacientes que tomaron un placebo.
¿Es inocuo?
El magnesio de los alimentos es inocuo en cualquier cantidad. El magnesio de los suplementos dietéticos o de medicamentos que contienen magnesio (como algunos laxantes) es inocuo en ingestas diarias de hasta 65 a 350 mg para los niños, según la edad, y de hasta 350 mg para los adultos. Una dosis más alta puede causar diarrea, náuseas y dolores estomacales. Las dosis muy altas pueden ocasionar problemas más graves, como arritmia y paro cardíaco.
Los suplementos de magnesio pueden interactuar con algunos medicamentos, como los bisfosfonatos (utilizados para prevenir la pérdida de masa ósea), los antibióticos, los diuréticos y los inhibidores de la bomba de protones (que se utilizan para reducir el ácido estomacal).
Si desea más información, consulte la hoja informativa de la Oficina de Suplementos Dietéticos (ODS) sobre el magnesio.
Melatonina
La melatonina es una hormona que favorece la regulación del ciclo del sueño y la vigilia. Además, puede mejorar el sistema inmunitario, actuar como antioxidante y reducir la inflamación.
¿Es eficaz?
En algunos estudios se encontró que un grupo de personas enfermas con la COVID-19 a quienes se les administró melatonina, además de la atención médica usual para la enfermedad, presentaron síntomas más leves en comparación con las que recibieron solo atención médica. Sin embargo, esos estudios se hicieron en pequeña escala y no incluyeron un grupo placebo. Por ejemplo, en un estudio en pacientes con la COVID-19 de leve a moderada, quienes recibieron 9 mg de melatonina diarios, además de la atención médica, mostraron menos tendencia a sufrir de cansancio extremo, tos o dificultad para respirar, en comparación con los pacientes que recibieron atención médica sin melatonina. Asimismo, su estadía en el hospital fue más corta.
¿Es inocua?
La melatonina parece ser inocua para el uso a corto plazo en las dosis habituales de 1 a 10 mg/día, según la edad. Las concentraciones altas de melatonina en la sangre podrían retrasar la pubertad en niños y adolescentes, además de reducir los niveles de testosterona y semen. También es posible que causen mareos, dolor de cabeza, náuseas, malestar estomacal, erupciones cutáneas y somnolencia.
La melatonina podría aumentar el riesgo de hemorragias si se consume al mismo tiempo que un anticoagulante; asimismo, podría reducir la eficacia de los medicamentos anticonvulsivos y los inmunodepresores.
Algunos científicos recomiendan no tomar melatonina si la persona está embarazada o está amamantando porque este suplemento podría repercutir en el funcionamiento de los ovarios.
N-acetilcisteína
La N-acetilcisteína (NAC) actúa como antioxidante y ayuda a reducir la mucosidad en las vías respiratorias (boca, nariz, garganta y pulmones). La NAC también podría mejorar la función inmunitaria, ayudar a combatir los virus y reducir la inflamación.
¿Es eficaz?
La NAC podría ayudar a reducir la gravedad de los síntomas de la bronquitis, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y otros trastornos similares que afectan a la respiración, pero sus efectos sobre la COVID-19 no están claros. Un estudio en pequeña escala encontró que la administración de 600 mg de NAC dos veces diarias por dos semanas a pacientes hospitalizados con la COVID-19 moderada o grave disminuía la probabilidad de que necesitaran un respirador y aumentaba la probabilidad de supervivencia.
En otro estudio, varios pacientes con la COVID-19, o con presuntos casos de esta enfermedad, recibieron NAC por vía intravenosa o un placebo. Esta forma de la NAC se considera como un fármaco, no como un suplemento. La NAC no redujo el número de pacientes que ingresaron en la unidad de cuidados intensivos (UCI) ni el tiempo que los pacientes pasaron allí. Tampoco redujo la probabilidad de que necesitaran un respirador ni de morir a causa de la enfermedad.
¿Es inocua?
Entre los efectos secundarios de la NAC se encuentran náuseas, vómitos, dolor de estómago, diarrea, indigestión y ardor estomacal. La NAC puede alterar la coagulación de la sangre y bajar la presión arterial.
Tomar NAC al mismo tiempo que nitroglicerina (utilizada para tratar el dolor en el pecho) podría causar hipotensión arterial y fuertes dolores de cabeza.
Ácidos grasos omega-3
Los omega-3 son ácidos grasos poliinsaturados que se encuentran en los pescados grasos y los aceites de pescado. También están presentes en algunos aceites vegetales, como los de linaza, soya y canola. Los omega-3 son importantes para la salud de las membranas celulares y el buen funcionamiento del corazón, los pulmones, el sistema inmunitario y el sistema endocrino.
¿Son eficaces?
En varios estudios se indica que los omega-3 podrían ayudar a reducir el riesgo de la COVID-19 o la gravedad de la enfermedad, pero en otros estudios esto no se ha confirmado. Por ejemplo, en uno de ellos se observó que las personas que dijeron tomar suplementos de omega-3 tenían menos probabilidades que otras de contraer la COVID-19. En otro estudio se constató que los suplementos de omega-3 mejoraban las tasas de supervivencia, además de la función pulmonar y renal en pacientes en estado crítico hospitalizados debido a la COVID-19. En otras investigaciones se determinó que la ingesta diaria de aceite de hígado de bacalao no disminuía el riesgo de contraer la COVID-19 ni la gravedad de la enfermedad.
¿Son inocuos?
Los suplementos de omega-3 son inocuos en dosis de hasta unos 5 g/día para los adultos. Entre los efectos secundarios se encuentran mal sabor en la boca, mal aliento, ardor de estómago, náuseas, malestar digestivo, diarrea, dolor de cabeza y sudor maloliente.
Los omega-3 podrían interactuar con los anticoagulantes y los medicamentos para la presión arterial
Si desea más información, consulte la hoja informativa de los ODS sobre los ácidos grasos omega-3.
Probióticos
Los probióticos son microorganismos vivos (bacterias y levaduras) que ofrecen beneficios para la salud. Se encuentran de forma natural en algunos alimentos fermentados, se agregan a algunos productos alimentarios y se venden como suplementos dietéticos. Los probióticos pueden reducir la inflamación, mejorar la función inmunitaria y ayudar a combatir los virus. Sin embargo, hay muchos tipos y combinaciones diferentes de probióticos; por lo tanto, sus efectos sobre la salud pueden variar.
¿Son eficaces?
Los probióticos podrían ayudar a protegernos de ciertas infecciones de las vías respiratorias. Algunos estudios sugieren que los probióticos contribuirían a reducir la gravedad de la COVID-19, pero no está claro si los probióticos inciden en el riesgo de contraer esta enfermedad. Por ejemplo, en un estudio se observó que las personas que dijeron tomar suplementos de probióticos tenían menos probabilidades de contraer la COVID-19. En otro estudio, los pacientes que recibieron Lactobacillus rhamnosus tardaron más en presentar síntomas, pero tuvieron las mismas probabilidades de contraer la COVID-19.
En un estudio de pacientes hospitalizados a causa de la COVID-19, quienes recibieron una combinación de los probióticos Streptococcus, Lactobacillus y Bifidobacterium tuvieron menos probabilidades de presentar diarrea, fiebre, debilidad, dolores de cabeza, dolores musculares y problemas respiratorios, además de una menor probabilidad de necesitar cuidados intensivos, sufrir insuficiencia respiratoria y de morir, en comparación con los pacientes que recibieron el mismo tratamiento pero sin probióticos. En otro estudio, los adultos enfermos con la COVID-19 tomaron una cápsula de probióticos o un placebo cada día. Al cabo de un mes, casi el doble de los pacientes que tomaron el probiótico dejaron de presentar síntomas y ya no tenían el virus, en comparación con los que tomaron el placebo.
¿Son inocuos?
Los probióticos se consideran inocuos para la mayoría de las personas. Entre los efectos secundarios se encuentran gases y otros síntomas digestivos. En personas muy enfermas o con problemas del sistema inmunitario, los probióticos pueden causar trastornos graves. Los probióticos también pueden ocasionar infecciones o hasta poner en peligro la vida de los bebés prematuros.
Aunque los probióticos no parecen interactuar con los medicamentos, la ingesta de antibióticos o antifúngicos podría disminuir la eficacia de algunos probióticos.
Si desea más información, consulte la hoja informativa de los ODS sobre los probióticos.
Quercetina
La quercetina es un flavonoide. Los flavonoides están presentes de forma natural en muchas frutas, verduras, especias y bebidas. Los cítricos, las manzanas, las cebollas, las bayas, el brócoli, el cilantro, el eneldo, el té y el vino tinto son ricos en flavonoides. La quercetina podría mejorar el sistema inmunitario, actuar como antioxidante, reducir la inflamación y proteger contra los virus.
¿Es eficaz?
La quercetina se ha estudiado para determinar si reduce el riesgo de infecciones de las vías respiratorias superiores o la gravedad de los síntomas, pero no está clara su eficacia. Tampoco está claro si la quercetina ayuda a reducir el riesgo de la COVID-19 o la gravedad de la enfermedad porque esto no se ha estudiado a fondo.
¿Es inocua?
No se han descrito efectos secundarios graves en personas que han consumido suplementos de quercetina.
La quercetina puede interactuar con algunos medicamentos, como los inmunodepresores, la pravastatina (utilizada para tratar el colesterol alto), la fexofenadina (utilizada para tratar las alergias y la urticaria) y los fármacos para la presión arterial.
Selenio
El selenio es un mineral esencial que se encuentra en muchos alimentos, como las nueces de Brasil, los mariscos, la carne, las aves, los huevos, los productos lácteos y los cereales. Actúa como antioxidante y ayuda a reducir la inflamación. También es importante para la reproducción, la función de la glándula tiroidea, la producción de ADN y el buen funcionamiento del sistema inmunitario.
La cantidad diaria recomendada de selenio oscila entre 15 y 70 microgramos (mcg) para bebés y niños, según la edad, y entre 55 y 70 mcg para los adultos.
¿Es eficaz?
No se sabe si el selenio ayuda a reducir el riesgo de contraer la COVID-19 o la gravedad de la enfermedad porque esto no se ha estudiado a fondo.
¿Es inocuo?
El selenio es inocuo en dosis diarias de hasta 45 a 400 mcg para bebés y niños, según la edad, y de hasta 400 mcg para los adultos. Una ingesta superior puede provocar olor a ajo en el aliento, sabor metálico en la boca, caída o fragilidad del cabello y las uñas, náuseas, diarrea, erupciones cutáneas, cansancio extremo, irritabilidad y problemas del sistema nervioso.
El selenio podría interactuar con el cisplatino (un fármaco utilizado en quimioterapia).
Si desea más información, consulte la hoja informativa de los ODS sobre el selenio.
Vitamina C
La vitamina C es un nutriente esencial que se encuentra en los cítricos y en muchas otras frutas y verduras. La vitamina C es importante para el buen funcionamiento del sistema inmunitario.
La cantidad diaria recomendada de vitamina C oscila entre 15 y 115 mg para bebés y niños, según la edad, y entre 75 y 120 mg para los adultos no fumadores. Las personas fumadoras necesitan 35 mg más que la cantidad diaria recomendada.
¿Es eficaz?
Los resultados de los estudios que han examinado si la vitamina C ayuda a reducir el riesgo de la COVID-19 o la gravedad de la enfermedad han sido confusos. En un estudio de pacientes admitidos a cuidados intensivos debido a la COVID-19, algunos recibieron vitamina C (además de zinc), pero estos suplementos no redujeron el riesgo de morir a causa de esta enfermedad. Sin embargo, en otro estudio, los pacientes con la COVID-19 conectados a respiradores y que habían recibido vitamina C tuvieron menos probabilidades de morir, en comparación con los que no recibieron vitamina C. v
En otro estudio, un grupo de personas con la COVID-19 que no estaban hospitalizadas recibieron 8.000 mg de vitamina C, o 50 mg de zinc, o ambos suplementos, por 10 días, junto con la atención médica habitual para la COVID-19. Ninguno de los suplementos redujo el número de días en que las personas tuvieron síntomas.
La vitamina C también puede administrarse por vía intravenosa, pero esta forma se considera como un medicamento, no como un suplemento. En varios estudios se ha analizado si la vitamina C intravenosa podría ayudar a las personas enfermas con la COVID-19. En un estudio amplio se observó que la vitamina C intravenosa no era eficaz y no reducía el riesgo de muerte por la COVID-19. En otros estudios se obtuvieron resultados similares; sin embargo, en algunos pacientes que habían recibido vitamina C intravenosa, los síntomas no duraron tanto y, por ende, fueron dados de alta más pronto.
En las guías de tratamiento de la COVID-19 emanadas de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) no se recomienda la vitamina C para pacientes hospitalizados que tienen la COVID-19. Para los casos de personas enfermas con la COVID-19 pero que no están hospitalizadas, en las guías de tratamiento de los NIH se estipula que no hay pruebas suficientes en un sentido u otro para recomendar la vitamina C.
¿Es inocua?
La vitamina C es inocua en ingestas de hasta 400 a 1.800 mg/día para los niños, según la edad, y de hasta 2.000 mg/día para los adultos. Una ingesta mayor puede provocar diarrea, náuseas y dolores estomacales, así como lecturas erróneas en los medidores de glucosa en la sangre. En las personas con hemocromatosis (un trastorno por sobrecarga de hierro), las cantidades elevadas de vitamina C pueden ocasionar la acumulación de hierro en el organismo, lo que podría lesionar los tejidos.
Los suplementos de vitamina C podrían disminuir la eficacia de la radioterapia y la quimioterapia.
Si desea más información, consulte la hoja informativa de los ODS sobre la vitamina C.
Vitamina D
La vitamina D es un nutriente esencial que está presente de forma natural en el pescado graso y los aceites de hígado de pescado, así como en pequeñas cantidades en el hígado de ternera, las yemas de huevo y el queso. También se agrega a algunos alimentos, como la leche fortificada. El cuerpo también puede producir vitamina D cuando la piel se expone al sol. La vitamina D es importante para la salud de los huesos y la función inmunitaria.
La cantidad diaria recomendada de vitamina D oscila entre 10 y 15 mcg (400 y 600 unidades internacionales [UI]) para bebés y niños, según la edad, y entre 15 y 20 mcg (600 y 800 UI) para los adultos.
¿Es eficaz?
La vitamina D podría ayudar a proteger contra algunas infecciones de las vías respiratorias, en especial en personas con niveles bajos de esta vitamina. En algunos estudios se demuestra que los niveles bajos de vitamina D están asociados con un mayor riesgo de contraer la COVID-19, de que la enfermedad sea más grave y con mayor riesgo de muerte, pero en otros estudios no se observa esta relación. En algunas investigaciones se indica que las personas que toman regularmente suplementos de vitamina D podrían presentar menos probabilidades de desarrollar la COVID-19. Sin embargo, en las guías de tratamiento para la COVID-19, publicadas por los NIH, se afirma que no hay pruebas suficientes en un sentido u otro para recomendar el uso de la vitamina D para prevenir o tratar la COVID-19.
En un estudio, un grupo de profesionales de salud que atendían a pacientes con la COVID-19 recibieron 100 mcg (4.000 UI) de vitamina D o un placebo cada día. Este estudio se hizo antes de que las vacunas contra la COVID-19 estuviesen disponibles. Los profesionales de salud que recibieron la vitamina D tuvieron menos probabilidades de contraer la COVID-19, en comparación con los que tomaron un placebo.
En un estudio con personas hospitalizadas debido a la COVID-19 de moderada a grave, las que recibieron una dosis única de 5.000 mcg (200.000 UI) de vitamina D no tuvieron una estadía hospitalaria más corta ni un menor riesgo de muerte; tampoco disminuyeron sus probabilidades de necesitar un respirador. Esto se observó incluso en pacientes cuyos niveles de vitamina D eran bajos cuando ingresaron en el hospital.
En otro estudio, un grupo de adultos mayores hospitalizados por causa de la COVID-19 recibió 10.000 mcg (400.000 UI) o 1.250 mcg (50.000 UI) de vitamina D. Al cabo de dos semanas, habían fallecido menos pacientes del grupo que recibió la dosis más alta. Sin embargo, el número de pacientes que seguían con vida después de cuatro semanas era similar entre los grupos. En otro estudio se administró a los pacientes hospitalizados con la COVID-19 una dosis de 12.500 mcg (500.000 UI) de vitamina D o un placebo. Los pacientes que recibieron la dosis única de vitamina D no pudieron respirar mejor, no salieron antes del hospital, no tuvieron menos probabilidades de ingresar a la UCI ni menos probabilidades de morir en el hospital, en comparación con los pacientes que recibieron un placebo.
Está en marcha un estudio para determinar si la vitamina D ayuda a reducir la gravedad de la COVID-19 y el riesgo de contagio de la enfermedad entre las personas con las que conviven.
¿Es inocua?
La vitamina D es inocua en dosis diarias de hasta 25 a 100 mcg (1.000 a 4.000 UI) para bebés y niños, según la edad, y de hasta 100 mcg (4.000 UI) para los adultos. Las ingestas más elevadas pueden causar náuseas, vómitos, debilidad muscular, confusión, dolor, pérdida del apetito, deshidratación, micción y sed excesivas, además de cálculos renales. Las dosis muy altas pueden ocasionar insuficiencia renal, daños en los vasos sanguíneos y las válvulas del corazón, alteraciones de la frecuencia cardíaca y hasta la muerte.
Los suplementos de vitamina D pueden interactuar con algunos medicamentos, como el orlistat (utilizado para perder peso), las estatinas (indicadas para reducir los niveles de colesterol), los diuréticos tiazídicos (recetados para tratar la hipertensión arterial) y los esteroides.
Si desea más información, consulte la hoja informativa de los ODS sobre la vitamina D.
Vitamina E
La vitamina E (también llamada alfa-tocoferol) es un nutriente esencial que se encuentra en los frutos secos, las semillas, los aceites vegetales y las verduras de hoja verde. Actúa como antioxidante y ayuda al buen funcionamiento del sistema inmunitario.
La cantidad diaria recomendada de vitamina E es de 4 a 15 mg para bebés y niños, según la edad, y de 15 a 19 mg para los adultos.
¿Es eficaz?
En algunos estudios se indica que los suplementos de vitamina E ayudan a reducir el riesgo de infecciones de las vías respiratorias superiores, pero en otros estudios no se ha observado este efecto.
No se sabe si la vitamina E reduce el riesgo de contraer la COVID-19 o la gravedad de la enfermedad porque esto no se ha estudiado a fondo.
¿Es inocua?
La vitamina E en los alimentos es inocua en cualquier cantidad. En suplementos, la vitamina E es inocua en ingestas diarias de hasta 200 a 800 mg para bebés y niños, dependiendo de la edad, y de hasta 1.000 mg/día para los adultos. Una ingesta mayor puede aumentar el riesgo de hemorragias y accidentes cerebrovasculares.
Los suplementos de vitamina E podrían interactuar con los anticoagulantes y, además, reducir la eficacia de la radioterapia y la quimioterapia.
Si desea más información, consulte la hoja informativa de los ODS sobre la vitamina E.
Zinc
El zinc es un nutriente esencial que está presente en mayores cantidades en las ostras, el cangrejo, la langosta, la ternera, el cerdo y las aves de corral. Los frijoles, las nueces, los cereales integrales y los productos lácteos también contienen zinc. El zinc es importante para la salud del sistema inmunitario, la producción de proteínas y del ADN, la cicatrización de las heridas y para el sentido del gusto.
La cantidad diaria recomendada de zinc oscila entre 2 y 13 mg para bebés y niños, según la edad, y entre 8 y 12 mg para los adultos.
¿Es eficaz?
Las pastillas de zinc podrían ayudar a reducir el número de días que dura el resfriado común. No está claro si el zinc ayuda a mitigar el riesgo de contraer la COVID-19 o la gravedad de la enfermedad. En algunos estudios se asocia el nivel bajo de zinc con un mayor riesgo de contraer la COVID-19 y una mayor gravedad de la enfermedad, pero en otros estudios no se encontraron asociaciones entre el nivel bajo de zinc y la gravedad de la enfermedad.
En un estudio, un grupo de personas enfermas con la COVID-19 que no estaban hospitalizadas recibieron 50 mg de zinc u 8.000 mg de vitamina C, o ambos suplementos, durante 10 días, junto con la atención médica habitual para la enfermedad. Ninguno de los suplementos redujo el número de días en que las personas tuvieron síntomas. En otro estudio de pacientes con la COVID-19, algunos de los cuales estaban hospitalizados, se les administró una dosis de 25 mg de zinc dos veces diarias o un placebo. Los pacientes que recibieron zinc tuvieron menos probabilidades de ingresar a la UCI y fueron dados de alta antes que las personas que habían tomado el placebo. Entre los pacientes ambulatorios que tomaron zinc, los síntomas duraron menos días que en las personas que tomaron el placebo.
En las guías de tratamiento para la COVID-19 emanadas de los NIH se desaconseja el uso de dosis de suplementos de zinc superiores a la cantidad diaria recomendada para prevenir la COVID-19, excepto con fines de investigación. También se afirma que la evidencia actual no es suficiente para recomendar el uso de zinc en el tratamiento de la COVID-19.
¿Es inocuo?
El zinc es inocuo en ingestas diarias de hasta 4 a 34 mg para bebés y niños, según la edad, y de hasta 40 mg para los adultos. Una ingesta mayor puede provocar náuseas, vómitos, pérdida del apetito, dolores de estómago, diarrea y dolores de cabeza. Una ingesta elevada de zinc durante un largo período puede reducir la función del sistema inmunitario y los niveles de cobre en la sangre.
Los suplementos de zinc podrían interactuar con los antibióticos, la penicilamina (utilizada para tratar la artritis reumatoide) y los diuréticos tiazídicos (utilizados para tratar la hipertensión arterial).
Si desea más información, consulte la hoja informativa de los ODS sobre el zinc.
¿Interactúan los suplementos dietéticos con los medicamentos u otros suplementos?
Sí, algunos suplementos pueden interactuar o interferir con los medicamentos que usted toma.
Infórmele a su médico, farmacéutico y otros profesionales de salud que lo atienden sobre los suplementos dietéticos y los medicamentos con o sin receta que usted toma. Ellos le dirán si los suplementos dietéticos pueden interactuar con sus medicamentos o si estos últimos pueden interferir en la manera en que su organismo absorbe, utiliza o descompone los nutrientes.